lunes, 14 de marzo de 2011

coleópteros XIII


En las mañanas

me despierto corriendo al baño

con una terrible diarrea

y las nauseas que parecen

nunca acabar.

La insoportable jaqueca

me deja un sabor amargo

como si comiese un

insecto de caparazón consistente

cuyo primer par de alas

cubre la del segundo

llamado cascarudo.

Sólo quiero volver a la cama

donde un sueño reparador

me hace olvidar

al terrible malestar que sufro.

Apago la luz.

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