lunes, 5 de abril de 2010

La academia nacional de Letras tiene el honor de recibir ante sus miembros a Eher Sugarno. Un hombre que supo afrentar la adversidad teniendo como arma la palabra escrita. Su particular condición física fue una excusa para que se volcara a adquirir conocimientos de todo un mundo al que casi no podía conocer.
Pero su prosa no es sólo una exposición de saberes. Su poesía ha ido más allá de los paradigmas establecidos, abriendo nuestros ojos a un universo al que no veíamos por darlo por sentado.
Desde niño, ni bien pudo manejar un lápiz, aprovechó cada momento libre para escribir sus ideas, bocetos de poesía sublime que alcanzará su madurez en la adolescencia.
Su exquisita obra pronto trascendió las fronteras de nuestra patria e inundó los hogares del mundo de habla hispana. Los constantes comentarios de críticos literarios de fama mundial logró que sus poemas fueran traducidos al inglés, alemán, chino mandarín.
No sólo su trascendencia internacional es motivo para invitarlo a formar parte de esta academia. También cumplir con el requisito de ser argentino, nacido en una humilde casita de la Isla Martín García, donde vive su niñez, hasta cambiar su residencia a los campos de Bragado. Además, y de igual importancia, Sugarno siempre mostró su bonhomía dando la mano al necesitado.
Por todo esto, por su genialidad poética y por ser buen hombre es que le damos la bienvenida a esta, su casa, Eher Sugarno.

1 comentario:

  1. Este breve texto es obra de mi participación en un taller para los ingresantes a la carrera de Profesorado de Letras en el Instituto Alicia Moreau de Justo.

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