domingo, 7 de marzo de 2010

Bienvenida a Eher Sugarno (azúcar-no)



Reunidos todos estamos hoy. Algunos saben para qué. El agasajado no. Nacido en 1935, por obra y magia de la concordia entre una mujer y un marido, el escritor o escribiente al que incorporaremos hoy (29 de mayo de 1999) a nuestras filas se formó con lo mejorcito que encontró en la primera biblioteca que encontró cuando era chico. Sin fines de lucro fue que comenzó su relación de amor, que se transformó en eterna y un día lo acercó a la Facultad a estudiar Filosofía, y otro día, con la misma mancha vocacional y amor por las letras, literaturas escandinavas, Oriente, Occidente, y tantos atractivos del país del lenguaje manuscrito, inhóspito por momento, y de imprenta. La grata sorpresa de recibirte, querido Eher, en nuestras filas, nos pone felices, contentos y por qué no decirlo, un poco cachondos. Porque vos ya no sos un cachorro de nuestras letras, vos deveniste un bull-dog, y te necesitamos en la Academia no para lamerle las patas a otro autor, sino para que compartas con nosotros tus ladridos, que hablan de la realidad y de lo que nos pasa hoy como argentinos. Bienvenido Eher a nuestra sociedad. De ahora en más, vas a poder crear en paz, nadie te va a molestar. Te encerraremos en un placard y tendrás que hacernos 100 poesías por día por lo menos. Si no te echamos. Y vos sabés que cuando decimos algo lo cumplimos. Bienvenido amigo. Nos complace tenerte acá.

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