A los honorables integrantes de la Academia Argentina de Letras,
En esta ocasión he de dirigirme a ustedes con el propósito de presentarles a Eher Sugarno, a quien considero un peculiar poeta, digno de merecer nuestro mayor respeto y la membresía de nuestra Academia.
Esta criatura, singular sin lugar a duda, puede enriquecer en gran medida nuestra visión del mundo cotidiano, alterando los rígidos esquemas que suelen dominar nuestra percepción.
Considero al poeta, valioso y admirable por no poseer límites en la temática de sus obras, por admirar los misterios del mundo manteniéndolos intactos, inmortalizándolos en su poesía; y por presentar un cambio paradigmático para la literatura, en pos de su crecimiento y renovación.
Por los motivos expuestos, sugiero su admisión como miembro de la Academia, esperando sea tenida en cuenta mi propuesta.
En esta ocasión he de dirigirme a ustedes con el propósito de presentarles a Eher Sugarno, a quien considero un peculiar poeta, digno de merecer nuestro mayor respeto y la membresía de nuestra Academia.
Esta criatura, singular sin lugar a duda, puede enriquecer en gran medida nuestra visión del mundo cotidiano, alterando los rígidos esquemas que suelen dominar nuestra percepción.
Considero al poeta, valioso y admirable por no poseer límites en la temática de sus obras, por admirar los misterios del mundo manteniéndolos intactos, inmortalizándolos en su poesía; y por presentar un cambio paradigmático para la literatura, en pos de su crecimiento y renovación.
Por los motivos expuestos, sugiero su admisión como miembro de la Academia, esperando sea tenida en cuenta mi propuesta.
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