sábado, 29 de agosto de 2009



Tengo el honor y el placer de dar la bienvenida a nuestra Academia al nuevo huésped de esta. Eher Sugarno, un hombre que con su florida prosa describe como ninguno esa maravilla cotidiana que es la naturaleza, que aún cotidiana no deja de asombrarnos. Aunque, lamentablemente, el ritmo imparable, incansable que nos impone la ciudad nos alejamos de estas maravillas. Pero por suerte, contamos con un hombre como Eher Sugarno que nos acerca con sus escritos esa naturaleza que nos empeñamos en ignorar.
Y no entendamos solamente como naturaleza a lo que nos rodea, sino también a lo que está dentro nuestro. En su poema “La trompa de Eustaquio” Eher Sugarno nos dice:

La trompa de Esustaquio
cumple la función de mantener
en el interior de la caja del tímpano
una presión igual a la externa,
de modo que la membrana timpánica
pueda vibrar libremente
y funcionar en las mejores condiciones.

Señores, Eher Sugarno es un poeta, como nosotros, y su acercamiento a las letras es como el nuestro, para desahogarse, aunque por afuera sea diferente.
Señor Sugarno, muchas gracias por su obra y sea bienvenido a nuestra Academia, a su Academia.

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